El vocablo anglosajón queer proviene del alemán quer, que significa ‘diagonal, oblicuo’. Aunque en el pasado queer se utilizaba para insultar a las personas homosexuales, actualmente es un término paraguas que comprende una variedad de identidades de género y orientaciones sexuales que no se consideran normativas. Ser queer significa eludir las categorías y los binarismos rígidos y excluyentes y es un concepto que va más allá de la esfera sexual, en particular cuando se utiliza en el ámbito de la literatura fantástica. Muchos de los personajes de Nuestra parte de noche¸ una novela de la escritora argentina Mariana Enríquez, tienen una identidad queer. El objetivo de esta tesis es analizar las identidades liminales de la novela: el primer capítulo constituye una breve premisa teórica acerca del concepto de queer y el segundo capítulo presenta uno a uno los personajes liminales de la novela. Estos personajes oscilan entre los extremos de varios binarismos y por eso deconstruyen algunas categorías consideradas rígidas e inmutables. La primera atracción del museo queer de Nuestra parte de noche es Rosario, una antropóloga que ofrece sus conocimientos a la Orden, una secta que busca la inmortalidad de la consciencia. Después el lector encontrará a tres médiums cuyos poderes sobrenaturales les permiten comunicarse con la Oscuridad: Juan, Gaspar y Olanna son puentes entre la dimensión terrenal y la dimensión divina. Por último se presentará un grupo heterogéneo de personajes que, por diferentes razones, se consideran monstruosos. Laura es una joven iniciada de la Orden que, por ser capaz de comunicarse con el mundo de los muertos o por haber sufrido una mutilación, se coloca en el umbral entre la vida y la muerte. Adela también ha sufrido una mutilación: su brazo fantasma le otorga poderes sobrenaturales que la alejan de lo humano. Laura y Adela son consideradas monstruosas por sus cuerpos anómalos, en cambio, Mercedes, la Oscuridad y el fantasma del sida son verdaderos monstruos que generan terror y sufrimiento. Mercedes, la jefa de la Orden, a través de la crueldad y de la violencia moldea no solo a su hija, sino también a una descendencia monstruosa. La Oscuridad es el dios alrededor del cual se construye el culto de la Orden: es una entidad divina weird por su tangibilidad y violencia. El sida es una presencia fantasmal que tormenta los jóvenes del último capítulo de la novela: la epidemia avanza silenciosamente, pero tarde o temprano reclama sus víctimas. El estudio demuestra que la literatura fantástica ofrece nuevas y originales posibilidades de representar lo queer. Los personajes queer de Nuestra parte de noche se caracterizan por tener identidades liminales: se interponen entre humano y divino, humano y máquina y hombre y mujer. La queerness muy a menudo está vinculada con el cuerpo: algunos cuerpos se moldean como si fueran de arcilla para un fin determinado y algunos personajes tienen la capacidad de convertir en queers a otros individuos, generando así una propia descendencia sobrenatural.

El museo queer de Nuestra parte de noche: estudio de las identidades liminales en la obra de Mariana Enríquez

SIGNORELLI, LAURA
2021/2022

Abstract

El vocablo anglosajón queer proviene del alemán quer, que significa ‘diagonal, oblicuo’. Aunque en el pasado queer se utilizaba para insultar a las personas homosexuales, actualmente es un término paraguas que comprende una variedad de identidades de género y orientaciones sexuales que no se consideran normativas. Ser queer significa eludir las categorías y los binarismos rígidos y excluyentes y es un concepto que va más allá de la esfera sexual, en particular cuando se utiliza en el ámbito de la literatura fantástica. Muchos de los personajes de Nuestra parte de noche¸ una novela de la escritora argentina Mariana Enríquez, tienen una identidad queer. El objetivo de esta tesis es analizar las identidades liminales de la novela: el primer capítulo constituye una breve premisa teórica acerca del concepto de queer y el segundo capítulo presenta uno a uno los personajes liminales de la novela. Estos personajes oscilan entre los extremos de varios binarismos y por eso deconstruyen algunas categorías consideradas rígidas e inmutables. La primera atracción del museo queer de Nuestra parte de noche es Rosario, una antropóloga que ofrece sus conocimientos a la Orden, una secta que busca la inmortalidad de la consciencia. Después el lector encontrará a tres médiums cuyos poderes sobrenaturales les permiten comunicarse con la Oscuridad: Juan, Gaspar y Olanna son puentes entre la dimensión terrenal y la dimensión divina. Por último se presentará un grupo heterogéneo de personajes que, por diferentes razones, se consideran monstruosos. Laura es una joven iniciada de la Orden que, por ser capaz de comunicarse con el mundo de los muertos o por haber sufrido una mutilación, se coloca en el umbral entre la vida y la muerte. Adela también ha sufrido una mutilación: su brazo fantasma le otorga poderes sobrenaturales que la alejan de lo humano. Laura y Adela son consideradas monstruosas por sus cuerpos anómalos, en cambio, Mercedes, la Oscuridad y el fantasma del sida son verdaderos monstruos que generan terror y sufrimiento. Mercedes, la jefa de la Orden, a través de la crueldad y de la violencia moldea no solo a su hija, sino también a una descendencia monstruosa. La Oscuridad es el dios alrededor del cual se construye el culto de la Orden: es una entidad divina weird por su tangibilidad y violencia. El sida es una presencia fantasmal que tormenta los jóvenes del último capítulo de la novela: la epidemia avanza silenciosamente, pero tarde o temprano reclama sus víctimas. El estudio demuestra que la literatura fantástica ofrece nuevas y originales posibilidades de representar lo queer. Los personajes queer de Nuestra parte de noche se caracterizan por tener identidades liminales: se interponen entre humano y divino, humano y máquina y hombre y mujer. La queerness muy a menudo está vinculada con el cuerpo: algunos cuerpos se moldean como si fueran de arcilla para un fin determinado y algunos personajes tienen la capacidad de convertir en queers a otros individuos, generando así una propia descendencia sobrenatural.
2021
The queer museum of Nuestra parte de noche: a study of liminal identities in Mariana Enríquez's work
Queer
Fantástico
Limen
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Utilizza questo identificativo per citare o creare un link a questo documento: https://hdl.handle.net/20.500.12608/11589